Afectan de forma directa y negativa a la gestión de la profesión, y sobre todo a las empresas
Mucho se ha hablado a lo largo de este año de la reforma del ROTT y su fecha de aplicación. En un principio, se pretendió que entrara en vigor el 1 de enero de 2019, aunque según las últimas informaciones, lo más probable es que el Consejo de Ministros lo apruebe durante el primer trimestre del próximo año.
En el actual borrador hay novedades importantes que todo transportista debe conocer.
- Figura del gestor de transporte o capacitado: deberá estar contratado a jornada completa. Esta medida no afecta a los autónomos que tengan a uno contratado en la actualidad, pero sí a las empresas. Éstas tendrán que cumplir este requisito en el momento de entrada en vigor. El autónomo ya no deberá poseer obligatoriamente el título de competencia a su nombre. Si es cónyuge deberá estar dado de alta en Seguridad Social. Se podrá estar sin gestor un máximo de 3 meses y sólo por causa de muerte o incapacidad física.
- Funciones del gestor o capacitado: deberá desarrollar funciones de supervisión en la empresa. Entre ellas, autorizaciones y contratos de transporte, documentos de control, contabilidad, mantenimiento de vehículos, utilización adecuada del tacógrafo, acondicionamiento y señalización de los vehículos…
El gestor que actualmente capacite a una empresa de transporte no deberá cumplir estas funciones hasta julio de 2020.
- Requisitos de competencia profesional: el cambio más importante es que para poder acceder al examen, será obligatorio tener título de bachiller, FP de grado medio o superior o título universitario.
- Régimen de autorizaciones: se suprime el requisito de flota mínima (3 camiones o 5 autobuses). Y para ampliar la flota, el nuevo vehículo deberá ser más nuevo que el más nuevo que se tenga.
- Requisito de honorabilidad: se perderá la honorabilidad por condena penal o por cometer una infracción muy grave. Supondrá la suspensión de las autorizaciones de transporte, no pudiendo visar ni ser titular durante un año.
Los transportistas y asociaciones nos hemos mostrado contrarios a estos cambios en numerosas ocasiones, ya que van a afectar de forma directa y negativa a la gestión de su profesión.