Si solo impera el precio, apretando al de siempre, pronto no habrá nadie que quiera desempeñar una profesión que ya ha perdido gran parte de su encanto
Es necesario hacer más atractiva la profesión. Se habla de la escasez de conductores, y pueden llegar a faltar más. ¿Por qué? Por las condiciones laborales: los bajos salarios, la flexibilización de los tiempos de conducción y descanso, el no cumplimiento de la directiva de trabajadores desplazados, el problema del dumping social…
Si solo impera el precio, apretando al de siempre, mal vamos. No habrá transportistas, y ésta seguirá siendo una profesión sin encanto. Ser una empresa competitiva no significa machacar al transportista, bien pequeño empresario, bien autónomo o bien asalariado. El sector exige precios dignos para una profesión digna.
Se habla mucho de conectividad, digitalización, conducción autónoma, electrificación… Dibujan la nueva imagen del transporte, pero, ¿y qué pasa con el conductor? Hay que atraer a los jóvenes al sector. Y para ello la de transportista debe ser una profesión atractiva.
Los problemas existentes están bien definidos: la falta de competencias técnicas o laborales, el carácter poco atractivo al tratarse de una profesión dura y peligrosa, y la escasa remuneración salarial ofertada. Está en nuestra mano el poder solucionarlos.
La imagen del sector
La mejora de la imagen y reputación del sector es muy importante para dignificar el papel del transportista dentro de la sociedad. Y también para lograr que haya un relevo generacional. La sociedad, en general, no se da cuenta de la importancia del transporte. El de transportista es un trabajo imprescindible cuya dedicación no está lo suficientemente bien pagada.
Es importante que todo transportista se esfuerce día a día en mejorar la falsa creencia que sobre la profesión tiene parte de la sociedad. Pero sobre todo los que pagan: empresas cargadoras, empresas de transporte, agencias… ¿Para cuándo una regulación y una limitación seria y tajante de la cadena de subcontratación? Para ello pelearemos.