El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha dado la razón a la Seguridad Social y reclama 4,3 millones de euros a la empresa navarra de transporte Lodisna SL por el uso fraudulento de falsos autónomos para ahorrarse cotizaciones sociales
Según informó el TSJN, la Inspección de Trabajo y Seguridad Social levantó el 25 de junio de 2019 un acta de liquidación de cuotas a la empresa Lodisna por “falta de afiliación o alta”, por un importe total de 4.304.657,69 euros. La razón de la decisión fue que “Lodisna no había solicitado el alta en el régimen general de la Seguridad Social de 580 trabajadores pertenecientes, formalmente, a Urbiola ni había efectuado el ingreso de las cuotas correspondientes”.
El texto incluye que Lodisna y Urbiola no son entidades empresariales realmente autónomas ni en la gestión de sus bienes ni en la organización de sus actividades. “Cuando no es la cooperativa la que posibilita la adquisición de los vehículos, la que controla su vida interna, la que organiza el trabajo y lo gestiona, la que determina la clientela de la cooperativa o la que trata directamente con los conductores sin intermediación de aquella”, sino que es una tercera empresa, “la mera formalización de un contrato de arrendamiento de servicios con esta no evita ni que se pueda afirmar que la cooperativa, en este caso Urbiola, forma parte del negocio y sistema productivo de la tercera empresa, en este caso Lodisna”.
El texto de la magistrada concluye que existen “indicios suficientes para entender acreditado que la cooperativa Urbiola se constituyó por iniciativa del entonces socio único y administrador único de Lodisna, en beneficio de esta última empresa y no de los socios cooperativistas, siendo Lodisna la que dirigió tanto la vida interna de la cooperativa como la prestación de servicios de transporte”.
La sentencia afirma en última instancia que Urbiola se constituyó en beneficio de Lodisna y no de los socios cooperativistas y que emplear autónomos en lugar de asalariados le suponía a la empresa un ahorro de hasta 900 euros por cada trabajador, un factor clave para competir y ofrecer precios más bajos a los clientes, convirtiéndose así en un claro ejemplo de empresa que ejerce competencia desleal dentro del sector del transporte de mercancías por carretera. De hecho, buena parte de estos socios cooperativistas procedían de Transilvania (Rumanía) y llegaban hasta Navarra en un vuelo de Ryanair a Zaragoza, donde eran recogidos y desde donde eran trasladados a la Ciudad del Transporte.