Mari Jose Andújar nació y se crio en un pequeño pueblo de Pontevedra, aunque Navarra es su casa desde hace más de dos décadas. A sus 52 años, puede presumir de ser conductora profesional desde hace dieciséis. Hace siete años comenzó a trabajar para Transportes Abad Bobadilla S.L., empresa asociada a TRADISNA, para la que transporta conservas desde Agoncillo (La Rioja) hasta Barcelona
1. Ser mujer en una profesión eminentemente masculina no es tarea fácil. ¿Por qué decidió ser conductora profesional? ¿Qué es lo que le motivó para ello?
La motivación me vino impuesta porque mi padre ha sido toda su vida transportista, y además me gusta mucho conducir, viajar y conocer sitios. La época en la que mi padre conducía, aunque se respetaba mucho más al camionero, era muy diferente a cuando yo empecé. Poco a poco fueron mejorando los camiones y las infraestructuras y eso me animó. Creo que subirme a un camión era algo que simplemente tenía que hacer, aunque también fue determinante el hecho de haberme quedado sin trabajo en otro sector para el que yo trabajaba.
2. A lo largo de todos sus años de profesión, ¿ha podido conciliar su vida profesional con su vida laboral?
Ha sido muy difícil, las circunstancias te llevan a dejar de lado muchas cosas. Yo tengo dos hijos. Al mayor mi profesión le pilló siendo un adolescente, pero mi hija era muy pequeña, y fue difícil sobre todo para ella. Aun así, soy consciente de que mi situación ha sido muy diferente a la de otras compañeras y compañeros, pues cuando trabajaba para mi anterior empresa podía dormir todos los días con mis hijos (a pesar de tener jornadas de trabajo muy largas). Cuando comencé en Transportes Abad Bobadilla, Patxi, mi jefe, conocía mis circunstancias y se encargó de que estuviese el mayor tiempo posible en casa. La de transportista es una profesión dura, pero más duro es no poder llevar un plato de comida a tus hijos. A todo te adaptas y te acostumbras. Si un hombre puede estar lejos de su casa, una mujer también puede estarlo, lo que pasa es que en su día se nos encasilló y se daba por hecho que lo que teníamos que hacer era cuidar de nuestros hijos, y esa no es la realidad.
3. Aunque esta es una pregunta que nos gustaría no tener que realizar, en sus años como conductora profesional, ¿ha tenido algún problema con algún compañero del sector por el mero hecho de ser mujer?
Sí. A día de hoy no, pero cuando empecé en la profesión tuve problemas con varios compañeros. Vaya por delante que la mayoría de ellos se portaron y se portan conmigo de diez, y con varios tengo una muy buena amistad, pero al principio, cuando trabajaba para otra empresa, hubo uno en concreto que me lo hizo pasar mal. Era muy machista y tenía que soportar que dijera cosas como «tú no vales nada», «este trabajo no es para mujeres», «tú tendrías que estar en tu casa» etc. Pero yo siempre le contestaba que si quería que estuviese en mi casa se apuntara mi número de cuenta y todos los meses me ingresara una nómina. He tenido que hacerme valer, pero ahora siento que soy una más. Me siento querida y respetada.
4. Para el sector femenino de esta profesión es muy importante la seguridad en las infraestructuras (parkings, áreas de servicio etc.). A día de hoy, ¿se siente segura cuando realiza su trabajo? ¿Ha visto una evolución a este respecto desde que comenzó a conducir hasta la actualidad?
Sí que ha habido una evolución a este respecto, pero todavía queda mucho por mejorar. Con los años se han ampliado los establecimientos que dan servicio 24 horas o los que nos proporcionan duchas, pero en cuestión de seguridad hay que decir que queda trabajo. A día de hoy los polígonos no son seguros. Yo tengo suerte porque mi jefe siempre me dice, a mí y a todos sus trabajadores, que no le importa que lleguemos media hora más tarde, pero que durmamos en un lugar seguro, donde haya cámaras y vigilancia. Gracias a Dios a mí nunca me ha pasado nada, pero sí que tengo compañeros a los que les han robado, y siempre ha sido en sitios en los que no hay mucha vigilancia. Últimamente está habiendo mucho robo de gasoil, tienes que medir muy bien donde paras.
5. ¿Qué le diría a todas esas mujeres que han pensado alguna vez en ser conductora profesional y no se atreven a dar el paso?
Les diría que prueben. Que después puede que vean que no les gusta, pero siempre pueden dejar la actividad y no se es menos ni una cobarde por ello. En la vida hay que probar. Exigimos i gualdad, y la igualdad empieza aquí, en demostrar que tú puedes hacer lo mismo que una persona del otro sexo. Si les gusta viajar y creen que pueden encajar en este trabajo, que lo intenten. Después, se trata de ver qué condiciones te ofrecen y ver si encajan con tus necesidades, como en todos los trabajos del mundo, Esta no es una profesión ni peor ni mejor que otra.
